Esta tradición tiene sus raíces en la cultura norteamericana, heredada de los indígenas que preparaban la carne de los animales secándose al sol y que, conferían a estas láminas de carne una durabilidad única, ideal para afrontar largos periodos.

Estos nutrientes, provenientes de la carne, se potencian en las variedades rojas gracias a la presencia de mioglobina, un pigmento que realza tanto el color como el valor nutricional.

Incorpora a tu dieta proteínas esenciales como hierro, zinc y vitamina B12.